martes, 24 de julio de 2012

Un año de blog

Esta semana el blog cumple su primer año, en su día no sabía muy bien dónde me estaba metiendo, empecé con una mezcla de ilusión y presión, porque sabía que al iniciarlo contraía también una responsabilidad y es que un blog no se tiene para sí mismo sino para compartir con los demás y eso es lo que lo diferencia de un diario íntimo, al menos esa es mi visión.


Un blog es...

Compartir información y opinión sobre temas de interés.
Conocer gente a través de la red con la que departir sobre estos temas.
Visitar otros blogs, comentar, responder a los comentarios.
Responsabilidad de actualizar con nuevos posts el blog y responder a los comentarios que nos han dejado.
Abrir una ventana por la cual expresarse uno y permitir que los demás se expresen hasta cuando no estamos totalmente de acuerdo con las opiniones vertidas.
Tratándose como es el caso de un blog enfocado a la maternidad y a la crianza, está lleno de emoción, esperanza y sentimiento, el que pone cada madre, padre, en la crianza de sus hijos.


Balance de un año de blog

El balance es muy positivo, a través del blog he podido expresar lo que he querido, ayudando a otros padres en ocasiones, otras veces entrando en debates interesantes, a veces dejando vivencias que sé que en un futuro me gustará releer.
He conocido otras madres, otros blogs que forman parte de mis lecturas asiduas, todo esto resulta muy enriquecedor.
Luego está también la parte "trabajo", y es que llevar un blog es también trabajar y dedicarle tiempo, en este punto  he de decir que no siempre he podido actualizar como he querido o debido, con nuevas entradas, o he tardado en responder a los comentarios, la mayoría de las veces por falta de tiempo, otras veces por falta de ganas o de inspiración.

En definitiva, espero seguir con el blog un año más y los que vengan.
Muchas gracias a todos los que me seguís fielmente como a todos los que ocasionalmente me leéis.

lunes, 16 de julio de 2012

El color de la crianza con apego

No suelo identificarme al 100% con ningún credo o ideología, porque la vida es compleja y las cosas no solo pueden ser blancas o negras sino que están llenas de matices.
No me gustan los radicalismos y aún estando de acuerdo con muchos aspectos de la llamada "crianza natural" hay ciertas cosas que no me terminan de convencer...

A lo largo de mi vida son muchas las ocasiones en las que me he sentido un poco fuera de onda, como si estuviese ocupando un sitio que no me corresponde, un poco en tierra de nadie y en estos últimos años de crianza de mi hija, esta sensación se ha acrecentado.
Parece que la crianza con apego con sus máximos exponentes: colecho, lactancia, porteo, evitar guarderías, se asocia con un cierto way of life hyppie y este a su vez parece que ha de ir ligado a cierta ideología política...


Tiene un color político la crianza con apego? debería tenerlo? se ha de identificar con una moda? Me gusta pensar que no, la crianza respetuosa es lo que se encuentra cualquier padre que se autocuestione en el modo de criar a su hijo, tenga inquietudes a este respecto o se plantee hacer las cosas de una manera diferente, en concordancia con las necesidades de sus hijos. La crianza respetuosa está al alcance de cualquier progenitor que desee lo mejor para su descendencia, independientemente de cuál sea su credo, su filosofía de vida o su color político.

O estás con nosotros o en nuestra contra- por qué en ocasiones parece tener un color?

Criar con respeto a los niños te puede acercar a otras personas que piensan como tú en ese aspecto pero no quiere decir que compartas enteramente su visión de las cosas en otros terrenos.
No por compartir muchos aspectos comunes se pertenece a un mismo grupo como tampoco es que estés totalmente en contra de otro modo de actuar...
Dejemos la política aparte de la crianza, que los que saldrán beneficiados serán los propios niños.
Y lo cierto es que prejuicios tienen todos, tanto los que son más progresistas como los que son más conservadores... nadie se salva, así pues los culpables de otorgar un color político o ideológico a la crianza con apego, son tanto los unos como los otros: unos por apropiarse de la crianza con apego y otros por creer que nada tienen que ver con ella. Tampoco quiero con esto decir que haya una culpabilidad consciente, es posible que mucha gente que comparta este modo de crianza comparta también otras ideas, pero no debería darse por sentado. En estos tiempos, todo se politiza, es lamentable.

La crianza con apego, un lugar común

No debiéramos juzgar tanto por el modo de vestir, por si se practica una religión o no, o por si se vota a un partido o a otro, la crianza es universal, los hijos los tenemos todos y si nuestra andadura como padres, vengamos de donde vengamos, nos ha llevado a alcanzar como meta una crianza con apego, esto tendría que ser un lugar común, universal, como universales son los derechos de los niños.
Por otra parte, existe riqueza mayor que poder acercar posiciones desde el lugar común de la crianza? puede ser un buen comienzo para hacer un mundo mejor.

La crianza con apego, no tiene color, es universal, no se la deben apropiar unos como otros no deben menospreciarla por considerarla ajena.

miércoles, 11 de julio de 2012

La especial relación madre e hija | Soy una mamá

La relación madre hija es muchas veces una relación de amor-odio, un ni contigo ni sin ti, que la inmensa mayoría de mujeres hemos experimentado con nuestras madres, aún cuando nos llevemos muy bien. La compleja dualidad de esta relación ha sido estudiada por psicólogos y su especial intensidad ha sido objeto de interés en la Grecia clásica...

"Soy una mamá"

Es últimamente la frase comodín de mi hija, la repite varias veces al día y se lo suele decir a la gente que se encuentra en el parque, en la calle...la escucho con ternura porque me conmueve oírselo decir con firmeza y convencimiento defendiendo su postura ante todos aquellos, niños o mayores, que se atreven a rebatírselo.
Pero detrás de esa frase se esconde mucho más que un mero juego de rol o de imitación.

En esta aparentemente ingenua frase se condensa toda una complejidad de sentimientos que a su manera empieza ya a percibir mi hija en su relación conmigo.

A mi peque le encanta pasar el tiempo a mi lado, es mi espejo, me imita en los gestos, en las frases, en las acciones... soy, es natural a esta edad, su modelo a seguir.
Pero al mismo tiempo, en este "soy una mamá", está también el medirse conmigo, el orgullo de una niña que siente que es tan capaz o más de hacer las cosas como su madre y muchas veces esta incipiente rivalidad  ya ha desatado alguna que otra tormenta entre nosotras.
En ocasiones hay variaciones en el mismo tema, con frases como "Tú eres mi hija y yo soy tu mamá", "Quiero ser como tú" o la que me dio más qué pensar: "No tengo mamá", dirigiéndose a otra niña en el parque...

El espejo doble

El espejo de las madres son  nuestras propias hijas y su espejo somos también nosotras. Un curioso espejo convergente y divergente a la vez, en ella veo a mi propio yo con mis éxitos y mis debilidades y en mí se  ve ella en lo que es realmente y en lo que quiere llegar a ser.
Complicada relación que ya se adivina en la tierna infancia y que me devuelve a mi propia infancia y mi relación con mi madre.

Compleja dualidad

La relación madre-hija, compleja donde las haya, pasa por distintas fases, en la infancia somos modelos para nuestras hijas, una referencia importantísima, que unas veces desean seguir y otras veces de la cual desean apartarse para crear su propia identidad, su propio camino. Los expertos coinciden en señalar que es sobre los 12 años cuando se produce la brecha y las niñas desean desmarcarse de las madres, momento que suele coincidir con una especialidad fragilidad en la vida de la madre, que se siente envejecer... normalmente, si se ha construido una relación sana, los caminos de ambas tenderán a encontrarse pues el amor prevalece ante todo.


Resumiendo, este período en el que estamos me hace intuir un poco cómo será en el futuro nuestra relación y da un poco de vértigo porque algo está claro: por muy buenas madres que nos propongamos ser, la relación con nuestras hijas no estará exenta de complejidad.
No anticipemos tampoco acontecimientos, con 3 años y medio, también se siente vulnerable y entonces me dice :"Soy un bebé..." es la hora de los mimos!