Estos últimos meses
han sido muy diferentes a todo lo que antes habíamos vivido. En poco
tiempo nuestras vidas dieron un brusco cambio y mi niña también ha
tenido que irse haciendo a la nueva situación, más lo que quede por
venir. Ella además, como corresponde, sigue creciendo día a día y
madurando de un modo que muchas veces me deja perpleja. En todo esto, la
lactancia se ha ido transformando y ahora percibo que está tocando a su
fin.
A finales de septiembre, cuando nos mudamos, ella pasó un período
bastante demandante, la teta era su refugio en aquel entonces, pero a
medida que las semanas han ido pasando, la lactancia se ha convertido en
algo casi residual, a lo largo del día es rarísimo que quiera, solo
queda algún resquicio a la hora de dormir y de despertar, algo así como
"por los viejos tiempos". Nada que ver con antaño...
Exactamente no sé cuándo acabará del todo, aún podría continuar de
esta manera bastante tiempo o quizás no quede más que un par de meses,
no lo sé. Cuando hablamos de este tema muchas veces me dice " yo tomaré
hasta los 27 años" o como me dijo, graciosa, una vez "mamá, no dejaré la
teta hasta los 7 años, pues te he oído decir que es la edad natural de
destete"
Lo que sí sé es que con el tema de la lactancia, estamos hoy en un
período dulce y relajado, tras la amargura que supuso la agitación del amamantamiento, que por cierto siempre está ahí, ahora estamos
disfrutando de lo que quede, y esperando, ya no con impaciencia que se
produzca el destete total, sino con serenidad, pues sé que el momento
llegará y siento una gran tranquilidad por el "deber" cumplido, es decir, la satisfacción de haber llegado hasta aquí.
Le debemos tanto a la lactancia, que me siento enormemente
agradecida y creo firmemente que el destete natural es la mejor opción
para despedir la lactancia.