miércoles, 27 de marzo de 2013

"Para criar un niño hace falta una tribu"

Este conocido proverbio africano habla de lo complicado que es criar a los hijos en solitario, y es cierto, no todo puede recaer en la madre, se necesita una red social que aunque no sea muy extensa, ampare esa crianza, que sostenga a la mamá cuando está cansada, enfadada o agobiada. Las madres que pasan muchas horas con sus hijos a solas saben lo duro que puede llegar a ser.



No hace falta que esa "tribu" sea una multitud, basta con un círculo de personas de confianza con la que tengamos puntos de vista comunes en materia de crianza. Básicamente la familia, abuelos, tíos, algún vecino merecedor de esa confianza, algún amigo.
Muchos padres en falta de esa tribu, se ven oligados a echar mano de las guarderías o de pagar a alguna cuidadora, cosa que me parece comprensible ya que a todo no se puede llegar, porque a veces se necesitan esos momentos de descomprensión o nos surge algún que otro imprevisto...


Mi tribu no era extensa, mi marido y mis padres básicamente y algún amigo de confianza me hicieron mucho más llevaderos los primeros años de crianza. Estoy segura de que sin su ayuda todo habría resultado mucho más complicado, no puedo ni imaginarlo.
Hoy vivo una situación bien diferente tras la mudanza porque si hay algo que ha cambiado y mucho es precisamente el arropamiento de mi tribu.
Por suerte mi hija ya no es un bebé, con sus 4 años todo es mucho más llevadero que antes, dialogamos mucho, nos comprendemos... sin embargo pasamos las 24 horas del día juntas y eso es algo que en ocasiones nos pesa a ambas.
La tribu no es algo que se improvise, se tienen que dar las condiciones, el clima de confianza necesario tanto para los padres como para los niños, la construcción de una tribu lleva su tiempo. Cuantas más vivencias se comparten con esas personas más crece la intimidad necesaria para estrechar lazos.

Aquí mi hija tiene a sus otros abuelos y otros familiares pero con ellos no tiene la confianza y la complicidad necesarias para hablar de "tribu".
Para un caso de necesidad tengo con quién contar pero se echan de menos muchas cosas que nos aportaba nuestra tribu de siempre: el tener un tiempo solo para mí mientras la nena disfrutaba en compañía de sus abuelos, el poder delegar ciertas tareas, el quedar con amigos con o sin niños, con todo lo que ello aporta...
Disfrutamos mucho la una en compañía de la otra, pero en ocasiones necesitamos como es natural tomar una distancia, aunque sea pequeña, y ahora es más complicado que antes, por suerte sigue estando el papá.
Es ahora más que nunca que puedo comprender la soledad a la que se enfrentan muchas madres y padres que no cuentan con ningún apoyo en las ciudades en las que viven.
La tribu es algo muy importante, un valor que no se debe desdeñar.