viernes, 30 de marzo de 2012

Hijos bilingües de nacimiento

Hijos biligües en www.crianzaconapego.com
El bilingüismo “desde la cuna” viene dado principalmente por la lengua materna de los progenitores y por la lengua hablada allá donde se resida. Es decir, un niño puede crecer en una cultura bilingüe bien porque sus padres sean cada uno de una lengua distinta o bien porque siendo ambos de una misma lengua residen en el extranjero, donde se habla otro idioma distinto. También se puede dar el caso de padre y madre de distinta lengua y residentes en otro país con una tercera lengua en juego, con la posibilidad de que el niño aprenda desde el principio 3 idiomas.

Mi hija es una niña de madre española y de padre francés, aunque nacida y residente, hasta la fecha, en España.
Estando embarazada, su padre y yo teníamos inquietud por transmitir a nuestra hija desde el principio, las dos lenguas. Nuestro libro de cabecera por aquel entonces era “Crecer en una familia bilingüe” de Elke Montanari, y he de decir que nos resultó bastante interesante aunque no llegamos a terminarlo. El libro en cuestión da unas pautas muy sencillas de seguir aunque tampoco es ninguna fórmula mágica, algunas cosas las hemos tenido en cuenta al menos en los primeros tiempos y después hemos ido improvisando sobre la marcha.

Una de las pautas que nos daba el libro para nuestro caso, padres con lengua materna diferente, es que cada progenitor hable siempre al hijo en su propia lengua, para que el niño vaya diferenciando la lengua que habla el papá de la lengua que habla la mamá.

Esta regla, la hemos intentado mantener en el tiempo, pero la naturalidad se impone en nuestro día a día y es inevitable que el papá hable a su hija en español, ya que aquí vivimos y la inmersión en la cultura española es inevitable, como también lo es que en ocasiones yo me dirija a ella en francés pues las dos culturas están muy presentes en nuestro hogar.

Eso sí, la niña ha estado familiarizada desde el principio con los dos idiomas. Sus primeras palabras lógicamente han sido en español y así es la mayor parte de lo que habla pero pronto nos dimos cuenta de que aún sin hablarlo, entendía perfectamente todo lo que se le decía en francés.

Siempre ha sido mi preocupación que el francés no calase en ella, pues pasa a mi lado la mayor parte del día, está rodeada de gente que le habla en español y como he dicho, hasta su propio padre se dirije a ella en español en numerosas ocasiones... qué duda cabe de que de haber fijado nuestra residencia en Francia se habría lanzado antes a hablar el francés, por inmersión, aunque yo le hablara siempre en español.

De todas formas pese a mis inquietudes veo que el fomentar las dos culturas desde el principio está empezando a dar sus frutos. Cada día nuestra hija se lanza a decir más palabras en el idioma de su padre, su curiosidad la lleva a preguntarnos cómo se dice tal palabra en el otro idioma o la sorprendo cantando en ambas lenguas llegando ya a hablar en francés con sus abuelos paternos.

El bilingüismo por nacimiento no es sin embargo algo que se adquiera por arte de magia al nacer como muchos podrían pensar. Hay que trabajarlo, hablar mucho en los dos idiomas, cantar y escuchar canciones, tener libros y cuentos de las dos lenguas y favorecer cualquier oportunidad de tener contacto (viajes, familia, otros niños en la misma situación...) con el idioma que está en desventaja, en nuestro caso, el francés.
Según los expertos, hay que ser muy constantes en esto y no pasa nada porque la otra lengua tarde más en hablarse, lo importante es habituar el oído desde el principio a las dos lenguas y con el tiempo se ven resultados de lo que ha ido quedando grabado en el “disco duro” del cerebro.

sábado, 24 de marzo de 2012

Jornada partida o jornada continua?

Es este un eterno debate entre padres y maestros en el que rara vez se llega a un acuerdo.
En mi opinión ambas jornadas tienen sus inconvenientes y ventajas, ampliamente tratadas ya en numerosas publicaciones, foros, blogs y demás pero me voy a permitir hacer aquí un breve resumen:
La jornada continua, de 9 a 14h, con variaciones, condensa en 5 horas todo el tiempo lectivo, a su favor se dice que fomenta la conciliación con la vida familiar porque después los niños y sus familias disponen en libertad de su tarde.
Como inconvenientes, se le achaca que fomenta las desigualdades sociales pues no todos los niños disponen ventajosamente de su tardes libres, también se suele decir que solo favorece a los maestros así como que son demasiadas horas seguidas, cansando más a los niños y con más deberes para casa.
A la jornada partida, que es la que casi siempre ha existido, se le reprocha que deja poco tiempo libre por las tardes a los niños tanto para jugar como para realizar sus deberes o actividades extraescolares. Además exige a los padres un ir y venir del cole por duplicado, salvo en los casos en los que se deje a comer al pequeño en el comedor escolar.

Mi visión es que desde el punto de vista de la conciliación poca diferencia hay entre una y otra ya que la mayoría de los niños comen en el cole con lo que la jornada continua muchas veces se prolonga también unas 3 horas más entre comedor y extraescolar en el propio colegio.
Por otra parte, hoy en día que tanto se habla de la posibilidad de equiparar nuestros horarios con los del resto de Europa la jornada continua me parece una incongruencia, ya que se sale del cole a las 14h o 14.30 retrasándose bastante la hora de la comida.

Yo, como escolar solo conocí la jornada partida hasta que llegué al COU y la verdad es que guardo buenos recuerdos. Los detractores de la partida dicen que el tedio impera en las clases de tarde pero me niego a creer que no se caiga en el tedio en la jornada continua... por otra parte se solían dejar para la tarde materias algo más relajadas como plástica o religión.
Hay estudios que demuestran que la capacidad de atención de los niños disminuye más allá de los 30 minutos por lo que no sé si esta condensación mañanera de materias es lo mejor.

Puede que me incline por la partida ya que es lo que en mi caso he vivido y la conozco pero aún así tengo mis dudas, no me decanto ni por una ni por otra en este momento, sobretodo porque no es lo mismo hablar de niños de infantil que de primaria o de ESO.
Y mirando solo desde el preescolar o infantil (de 3 a 6 años), sí creo que la jornada continua es demasiado pesada para niños tan pequeños, son muchas horas seguidas, se les obliga a levantarse muy temprano y salen extremadamente cansados y muchos de ellos sin ganas de comer porque lo que más desean es descansar.
Lo he comentado en alguna otra ocasión, infantil tendrían que ser 3 o 4 horas por las mañanas y las tardes libres, me parece un horario más acorde con las necesidades de niños aún muy pequeños, con la posibilidad, eso sí, de dejar más horas a los niños de padres que así lo precisen , pero por qué tenemos que someter a los niños a las necesidades de la mayoría? No lo veo justo.

De todas formas creo que debería existir más variedad horaria, unos colegios con jornada partida y otros con continua para que las familias tengamos opción de elegir lo que más nos convenga a nosotros y a nuestros hijos y no uniformizar horarios, no hay dos familias iguales, por qué los colegios tienden a tener todos el mismo horario?




Edito para añadir unos enlaces que pueden resultar de interés:
http://documentos.aplicars.es/documentos/rafaelfeitocp365.pdf
http://jornadacontinuaypartida.wordpress.com/estudios-sobre-la-jornada-escolar/


domingo, 18 de marzo de 2012

Pediatras que se cargan la lactancia

Hace unos días hablaba con una amiga que tiene un bebé de casi 5 meses y me contaba cómo ya le estaba introduciendo en su dieta los cereales en la última toma del día en el biberón con su consiguiente leche artificial, y cómo la lactancia había quedado relegada a alguna toma nocturna y el estreñimiento y algún que otro problema habían hecho ya su aparición.
Su niño había nacido casi un mes antes de lo previsto y ya desde el principio se le prescribieron biberones que “se podían complementar con algo de pecho”...

Me dio una inmensa pena que esta madre, que tenía toda la intención de amamantar a su hijo con su leche se haya echado para atrás poco a poco y que ese bebé apenas se haya podido beneficiar de lo que es el mejor alimento sin duda alguna. Simplemente mi amiga, y como ella muchas madres más, había hecho caso a las recomendaciones del pediatra que para eso tiene un título en medicina y es experto (o se supone) en la salud de bebés y niños.
Pediatras que se cargan la lactancia materna en en www.crianzaconapego.com
Muchas lactancias encuentran el principio de su fin en los dichosos biberones “de apoyo” que se suelen dar a las madres en el propio hospital donde acaba de nacer la criatura. Los bebés se acostumbran en casi nada a la succión cómoda del biberón y cuesta luego mucho más que cojan el pecho.
¿Por qué se siguen prescribiendo alegremente estos biberones en los hospitales si se sabe que el calostro es lo mejor para el recién nacido y que es normal que los bebés pierdan peso durante los primeros días de vida?
¿Por qué se sigue recomendando adelantar la alimentación complementaria si se sabe que lo ideal es exclusivamente la leche los primeros 6 meses, incluso más?
En mi experiencia he podido comprobar que la inmensa mayoría de pediatras y enfermeras infantiles parecen desconocer los beneficios de la la lactancia materna y los que no son ignorantes no suelen dar mucho apoyo, la mayoría quieren ver resultados rápidos que correspondan a sus arcaicos percentiles y asustan a las madres que amamantan ante cualquier pequeño problema que pueda aparecer ya que su primera respuesta es quitar el pecho o introducir algún biberón de leche artificial.
Curiosamente las que más suelen apoyar la lactancia materna son las matronas y no tanto los ginecólogos.

Entiendo perfectamente a las madres que optan por no dar el pecho, pero, ¿cuando se quiere, por qué acabar de esta manera?
Desconozco si cuando se estudia la especialidad de pediatría se hace o no hincapié en el tema de la lactancia materna y si no se hace no lo entiendo pues al menos deberían dar importancia a las recomendaciones de la OMS en este sentido.
Desde el nacimiento de un niño, los profesionales de la salud tendrían que implicarse más en que la madre pueda llevar a cabo una lactancia exitosa si este es su deseo.
Es cierto que existen también pediatras, pocos, de buena voluntad y respetuosos con la lactancia pero que suelen estar un poco perdidos ante los niños de pecho más que nada porque tampoco abundan las lactancias prolongadas y están desconcertados. Pero estos al menos no hacen daño a la lactancia, saben que es buena pero simplemente no saben cómo tratar a los niños de teta pues ni tienen gran experiencia con ellos ni entran en los parámetros convencionales: ni se puede determinar el nº de tomas que realizan ni la cantidad de leche que toman al día, por poner algunos ejemplos. Se les reconoce porque si surge algún problema intentan buscar soluciones que no pasen por sacrificar la lactancia materna.

Hay madres que se dejan guiar totalmente por quien tiene un título como es el de médico y que no osan poner en tela de juicio sus recomendaciones, quizás es ahí donde si se tiene verdadero empeño en amamantar puedan ser de gran ayuda los grupos de apoyo a la lactancia. Por supuesto que no está de más tener en cuenta la opinión del doctor pero la lactancia es también un saber que se transmite de mujer a mujer, de madre a madre.
Pediatras que se cargan la lactancia materna en en www.crianzaconapego.com
Siempre hay excepciones pero realmente los niños alimentados con leche materna suelen tener muchísimos menos problemas de salud y esto es totalmente cierto.

Madres que deseáis lo mejor para vuestros hijos, confiad más en la capacidad que nos ha dado la naturaleza de alimentar a nuestros pequeños, no os quedéis con la primera prescripción que os da un pediatrosaurio!  

sábado, 10 de marzo de 2012

Educación: Nuevos paradigmas

Este vídeo, creo que el primer vídeo que subo al blog, es de obligatoria visualización, además de ser muy visual y ameno (aunque en inglés, eso sí) pues seguramente abrirá los ojos a más de uno que confia demasiado fácilmente en las instituciones.
Personalmente, ya he dejado claro en varias ocasiones lo que opino de nuestro sistema educativo y los motivos por los cuales he decidido no escolarizar  a los tres años a mi hija.

Pero este vídeo, muy bien hecho, nos lleva a una pregunta a la cual no aporta respuesta:
¿Y qué hacemos?

Es un análisis muy correcto pero sin conclusiones y no me extraña, no resulta fácil proponer un nuevo sistema que cambie todo y menos aún ponerlo en marcha.

Para empezar, creo que sí hay una cosa muy sencilla que se podría hacer y sería la de obligar a "una educación" pero no a "la escolarización en un centro homologado". Sería un primer paso permitir a muchos padres que busquen ellos mismos cómo educar a sus hijos. Además obligarnos a ir a la escuela es tal vez la privación de libertad más grande que conozcamos en nuestras democracias.

Evidentemente no cambiaría mucho y de hecho existen muchos paises (incluso vecinos) que sólo obligan a los padres a dar una educación a sus hijos usando o no el sistema provisto.

Mientras tengamos gobiernos con politicas e intereses a corto plazo, no veo cómo se puede creer que así se va a revolucionar el sistema educativo. Mientras tengamos profesores funcionarios que repiten lo mismo durante 40 años, no tengo esperanza en este ecosistema. Mientras se mida la eficicia del sistema con los actuales indicadores, como el porcentaje de titulados (sic), sólo se hará caso del núcleo central y se olvidarán los extremos, generando un fuerte "abandono escolar" y un desperdicio del potencial del otro extremo...

A ver quién rompe este molde. No es tan alto como se teme el riesgo !!!
¿Acaso la probabilidad de hacerlo mejor no es más fuerte que la de hacerlo peor?
Siempre con la vista a largo plazo, claro...

domingo, 4 de marzo de 2012

Preguntas embarazosas | Pregunto, luego crezco


“Mamá, me lo dices una vez más?” “A ver, te lo diré otra vez: primero fuiste un feto, después un bebé, luego una niña, después serás una chica, más tarde una señorita, una señora, una mamá, una abuela, una bisabuela...” “¿y después?"  ”una tatarabuela...” “¿y después?”...
Desde hace unos meses mi hija ha entrado de lleno en los “qué es?” y en los “porqués”, al día nos hace un montón de preguntas sobre cualquier tema que en el momento llame su atención. En otras ocasiones las preguntas se presentan después de haberle aclarado ya algo, porque naturalmente una cosa lleva a otra.

Es una etapa más en el desarrollo de cualquier niño sano y con curiosidad por conocer el mundo que le rodea. Yo suelo responder a todas sus preguntas sin ningún tipo de tapujos, con honestidad y procurando satisfacer su curiosidad unas veces animándola a ir más allá y otras veces dejando que sea ella misma la que lleve el timón. Y por supuesto en un lenguaje “a su alcance”.

La verdad es que me encanta que pregunte todo lo que desee aunque a veces me agobia un poco cuando se repite o literalmente te “machaca”. Pero el verdadero problema es que uno no siempre está preparado para responder a ciertas preguntas a una tierna niña de casi 3 años y medio, como muestra, el ejemplo con el que he abierto este post y a lo que respondí: “ pues después de tatarabuela ya nada más”, y de momento ahí se quedó todo.
Con qué alegría se celebran los avances de los niños, sus gracias... pero claro, no todo puede quedar ahí. Ellos evolucionan y también lo hacen sus nuevos interrogantes y los padres intentamos salir airosos y no perjudicarlos.

Se traen niños a este mundo con lo que tiene de bueno, de malo, de incierto. Se les protege, se les cuida, se les muestra todo lo bello con alegría... pero, y la parte menos bonita? Por supuesto, no se les debe esconder, su derecho es aprender y conocer. Pero a mí ciertas cuestiones como la muerte, la enfermedad, nuestra propia existencia... me descolocan y no sé muy bien cómo enfocarlas y después de todo, acaso alguien lo sabe?
Muchas de sus preguntas me llevan a una compleja reflexión interior no siempre agradable...

Poco a poco vamos sorteando las inquietudes que se presentan. Eso sí, en ciertos temas, mejor que sean ellos mismos los que lleven la iniciativa, si nosotros nos adelantamos les descubriríamos prematuramente terrenos para los cuales aún no estén preparados.
Hay un tiempo en el que todo es idílico pero poco a poco se va dejando atrás...