Seguramente habéis oído hablar de un libro de crianza escrito por una
norteamericana,
Pamela Druckerman,
"Cómo ser una mamá cruasán", que habiendo trasladado su residencia
a Francia, se ha fijado en el modo que tienen las mamás francesas (
mamás croissant) de
educar a sus retoños, en claro contraste con lo que ella había vivido en
EEUU. No he tenido el placer de leer dicho libro, tan solo he leído los
comentarios que de él han aparecido en diversas revistas, así como recientemente una entrevista en la televisión francesa, pero
puedo aportar mi granito de arena observando yo misma a las
madres
francesas, que ahora tengo tan cerca...
Lo que dice el libro en cuestión/ Las reflexiones de Pamela
La
autora elogia la "
educación a la francesa", pues dice que ha logrado el
equilibrio justo y necesario entre la corriente de la educación
respetuosa, imperante en EEUU y la vieja educación tradicional de toda
la vida, aquella en la que desde una tierna edad se inculca a los niños las reglas del juego social. Según Pamela, a los niños franceses no se les ve armar alboroto,
apenas tienen berrinches, en reglas generales, no se hacen notar.
Observó que todo ello se debía al comportamiento de las
madres
francesas, que básicamente, no se dejan utilizar por sus hijos,
defienden su territorio particular a capa y espada y no acuden enseguida
a atender a los peques cuando estos las reclaman. Básicamente les hacen
ver desde bebés que ellos no son lo único en sus vidas.
La autora define el "cadre" (marco) como palabra clave en esta
educación. El marco o lo que es lo mismo, los límites, es fundamental.
Dentro del "cadre" a los niños se les da libertad para que se
autogestionen, cosa que estima Pamela en contraposicón con la excesiva protección de las madres norteamericanas, pero traspasados esos límites... la autoridad, con todo lo que ella conlleva, impera.
De esta manera, según Pamela, los niños franceses juegan solos,
comen de todo, duermen bien, dejando a papá y mamá disfrutar de su intimidad y su vida privada
(sin niños).
Lo que yo misma he observado
En
la observación de las
madres francesas, razón no le falta a Pamela
Druckerman, es cierto que a menudo llego del parque o de la ludoteca
pensando en los comportamientos y escenas que he presenciado y casi
siempre me he dicho que las
madres francesas son bastante más severas con sus niños.
He
presenciado cómo muchas madres se esfuerzan en lograr que sus bebés
pidan las cosas "por favor", que digan "gracias" o "perdón" en todo
momento, enfadándose de lo contrario, aún cuando ni siquiera esos pequeños lo entienden...
He observado que apenas se implican en sus juegos y que suelen hacer oídos sordos a las demandas de sus niños.
Es bastante raro que las madres o padres abandonen sus trabajos para dedicarse a los hijos. Las
guarderías son la regla general.
Les obligan a cumplir bastantes normas...
Por supuesto que se trata de una apreciación a grandes rasgos y sin
ánimo de generalizar, pero es lo que más me ha llamado la atención, lo
que más he visto imperar y doy por hecho que habrá
madres francesas amorosas con sus hijos, o en la intimidad...
Resumiendo, son las mamás cruasán el ideal?
Criticando
la visión de Pamela, he de decir que los
niños franceses también tienen
berrinches, se enfandan y desobecen a sus padres, faltaría más! Lo que
cambia es la actitud de sus madres ante estas situaciones. En su
favor, es cierto que los
niños franceses suelen llamar la atención por
sus buenos modales, que siempre es agradable.
Todo depende de
los resultados que deseemos obtener. Deseamos
niños obedientes, que no protesten, que apenas se hagan notar... o por
el contrario, deseamos
niños felices, que confíen en sus padres,
que vivan plenamente? según lo que esperemos de la crianza nos
implicaremos más o menos en su crianza, seremos
padres/madres a tiempo completo o adoptaremos cierta frialdad...
Quiero
pensar que lo uno no tiene por qué excluir lo otro, se puede no ser una
madre cruasán, y tener un niño educado y con buenos modales.
Dudo que las
mamás croissant
hayan encontrado la llave de la crianza perfecta. Creo que en aras de
esa buena educación dejan atrás aspectos bastante importantes en el
desarrollo emocional de los niños. En todo caso se verá todo años más
tarde, cuando los niños se convierten en adultos.
Y vosotras, aspiráis a ser una mamá croissant o preferís el modelo norteamericano?