viernes, 26 de julio de 2013

"Nuvolina"

Inauguro con el post de hoy una nueva sección en la que daré a conocer los títulos de literatura infantil que voy descubriendo al lado de mi hija y recomendar desde aquí los que más nos han gustado.
Desde que mi hija sabe leer disfruta mucho con la lectura y yo a su lado, pues siempre me ha gustado mucho el mundo de la literatura infantil. Una de nuestras ocupaciones favoritas es ir a la biblioteca al menos una vez por semana y sacar unos cuantos libros que releemos en casa hasta que los entregamos.

Crianza con Apego

Argumento: Nuvolina es una pequeña nube que tiene por costumbre quedarse rezagada y curiosear, un día esta costumbre suya la lleva a un pueblo donde encuentra a unos niños y... no cuento más.

Mi opiniónNuvolina es el último cuento que nos ha cautivado, cuando vi esa portada me atrapó y el interior estuvo a la altura de lo esperado.
Nuvolina es un delicioso cuento para grandes y pequeños, que apetece compartir con nuestros hijos en más de una ocasión aunque conozcamos el final.
Con unas ilustraciones de corte clásico a la par que oníricas y con preciosos detalles que invitan a soñar. 

La opinión de mi hija: Le pareció muy bonito, lo quiso leer muchas veces y seguro que lo volveremos a sacar...

Datos: Nuvolina, de 32 páginas, pertenece a la colección Sueños del Viento de la editorial Timun Mas, que pretende precisamente favorecer el diálogo y la imaginación compartidos con nuestros hijos. El cuento es del año 2002, desconozco si aún es sencillo encontrarlo en librerías.
Los autores son Ricardo Geminiani y Nicoletta Ceccoli.

Edad recomendada: a partir de los 4.

miércoles, 3 de julio de 2013

Primera visita al dentista

La Academia Americana de Odontología Pediátrica recomienda llevar a los niños por primera vez al dentista en torno al primer año de vida. Hace años la recomendación era cuando los niños tuvieran completa su dentadura de leche, más o  menos a los 3 años.
Pero son cada vez más numerosos los casos de caries en preescolares, por lo que la recomendación se ha adelantado.
A pesar de las citadas recomendaciones es algo que habíamos ido retrasando, un poco porque no veíamos ningún problema y otro poco, lo confieso, por pereza.
Tengo entendido que en los colegios se suele organizar una visita al dentista, en unos centros a los 3 años, en otros en 1º de primaria, es decir en torno a los 6 años. Como mi pequeña aún no va al cole empecé a temer el no estar al día en este asunto.


Prueba superada

En fin, nuestra primera experiencia en el dentista ha sido la pasada semana, a los 4 años y medio de mi hija. En realidad iba tranquila, pues la niña no se ha quejado nunca de dolor de dientes, no parecía tener ninguna caries, incluso una de sus ocupaciones favoritas es lavarse los dientes y coleccionar dentífricos... con todo, tenía cierta inquietud pues mi hija adora los dulces.
La niña fue con ganas, para ella era toda una aventura, aún así, al verse en la camilla se sintió algo intimidada, pero el dentista fue muy agradable y todo se pasó bien.
El veredicto fue bueno, un desarrollo dental que no presenta problemas de momento y ni una sola caries! con todo lo que en su día leí sobre la posible caries del lactante...
(He de decir que sobre la caries del lactante, leí dos versiones. aquella que culpaba a las tomas nocturnas de leche materna de provocar posibles caries como todo lo contrario, la leche materna estaría cargada de componentes antibacterianos capaces de combatir la caries)
Una pasta de dientes más para la colección y una nueva visita dentro de un año.

Considero de interés decir también que se aconseja la primera visita al ortodoncista en torno a los 7 años, pues muchos problemas si se detectan tempranamente se pueden solucionar en la infancia de forma rápida y sencilla.

domingo, 28 de abril de 2013

Internet y los niños

Nuestros hijos ya nacen en la era digital. Para ellos el ordenador es tan normal como lo fue para nosotros la tv. Muchas puertas se abren ante ellos y muchas dudas para nosotros, los padres, así como los peligros que sabemos que también acechan en la red.

A veces me pregunto en qué momento el PC entró en la vida de mi hija o si he hecho bien o mal en este tema, si debería haber alejado a mi pequeña de este artefacto y que lo hubiese descubierto con 10 años...

Lo cierto es que si el PC forma parte de nuestras vidas también lo formará de las vidas de nuestros hijos. Negar la realidad tampoco ayuda y es obvio que internet tiene también numerosas ventajas. Muchas siestas, ratos de teta,  hizo mi hija en mis brazos mientras yo estaba frente a la terrible pantalla.
Con el tiempo le empecé a poner algún que otro vídeo infantil para entretenerse un rato, o le daba la merienda mientras yo atendía los comentarios de los posts o mi vida 2.0 en las redes sociales. Ella ha crecido observando lo que yo hacía frente al PC y todo ello ha dado sus frutos.

Al principio era solo teclear letras sin orden alguno, para imitar a mamá. Una vez que aprendió a leer le fue cada vez más sencillo escribir al teclado, en ocasiones me llegó a suplantar! entonces comprendí que ya no había rumbo atrás.
Al día de hoy, navega en internet buscando lo que a ella le pueda interesar, nos intercambiamos e-mails y hasta tiene una página en facebook!

Todo ello me da cierto vértigo, yo no crecí así.  Me tenía que haber ocultado a sus ojos cuando usaba el ordenador? Sinceramente, eso me habría parecido una solución rebuscada y no factible.

Creo que la vida on line ha formado parte de su desarrollo intelectual y no creo que sea malo que los niños conozcan una realidad que formará para siempre parte de sus vidas. Eso sí, con vigilancia siempre y limitando mucho el uso del ordenador, pues la vida 1.0 es mucho más interesante.

domingo, 21 de abril de 2013

Crónicas de Francia - Cuestión de modas

Inauguro con esta entrada lo que pretendo que sea una sección un tanto aparte dentro del blog, algo así como un "miniblog". La idea es plasmar en estas entradas, breves y en un tono más desenfadado, mis experiencias viviendo en Francia. La maternidad y la crianza seguirán impregnando mis textos, es natural, pero deseo tratar además algún que otro tema que pueda ser de interés o simplemente curioso para hacerlo más ameno. Y el tema de hoy no es nada habitual en este blog...

Cuestión de modas

La moda infantil me apasiona. Es algo que descubrí cuando comencé a anhelar un bebé, me fijaba en los escaparates de las tiendas de ropa para niños, en cómo iban los bebés por la calle, cómo se engalanaban sus cochecitos...

Me encantan los bebés y niños vestidos con cierto clasicismo, lo cual no está reñido con ir cómodo cuando la ocasión lo requiere y dista mucho de ser ñoño. Hace tiempo que pienso que España constituye una excepción dentro de la moda infantil.  Ojeando revistas, viendo programas, hablando con gente extranjera...uno se da cuenta de que los arrullos, las ranitas, los faldones, los vestiditos de corte sastre... son raros más allá de nuestras fronteras. Y claro, eso mismo es lo que me he encontrado en Francia.

Cuando observo a los niños franceses veo que están muy lejos del modo de vestir que aún se ve en España.  Nada de lazos en las niñas ni de ir conjuntados. Es todo bastante diferente! El primor se abandona en aras de la modernidad o de la comodidad. Los niños suelen ir vestidos de mayores y no de niños...Algo que a mí no me termina de gustar. 

Entiendo que haya gente, incluso en nuestro país, que huya de esas prendas clásicas para sus  hijos pero creo también que sería una pena que esa tradición terminara perdiéndose pues es una riqueza que tenemos y que gente que viene de fuera suele valorar positivamente.

miércoles, 27 de marzo de 2013

"Para criar un niño hace falta una tribu"

Este conocido proverbio africano habla de lo complicado que es criar a los hijos en solitario, y es cierto, no todo puede recaer en la madre, se necesita una red social que aunque no sea muy extensa, ampare esa crianza, que sostenga a la mamá cuando está cansada, enfadada o agobiada. Las madres que pasan muchas horas con sus hijos a solas saben lo duro que puede llegar a ser.



No hace falta que esa "tribu" sea una multitud, basta con un círculo de personas de confianza con la que tengamos puntos de vista comunes en materia de crianza. Básicamente la familia, abuelos, tíos, algún vecino merecedor de esa confianza, algún amigo.
Muchos padres en falta de esa tribu, se ven oligados a echar mano de las guarderías o de pagar a alguna cuidadora, cosa que me parece comprensible ya que a todo no se puede llegar, porque a veces se necesitan esos momentos de descomprensión o nos surge algún que otro imprevisto...


Mi tribu no era extensa, mi marido y mis padres básicamente y algún amigo de confianza me hicieron mucho más llevaderos los primeros años de crianza. Estoy segura de que sin su ayuda todo habría resultado mucho más complicado, no puedo ni imaginarlo.
Hoy vivo una situación bien diferente tras la mudanza porque si hay algo que ha cambiado y mucho es precisamente el arropamiento de mi tribu.
Por suerte mi hija ya no es un bebé, con sus 4 años todo es mucho más llevadero que antes, dialogamos mucho, nos comprendemos... sin embargo pasamos las 24 horas del día juntas y eso es algo que en ocasiones nos pesa a ambas.
La tribu no es algo que se improvise, se tienen que dar las condiciones, el clima de confianza necesario tanto para los padres como para los niños, la construcción de una tribu lleva su tiempo. Cuantas más vivencias se comparten con esas personas más crece la intimidad necesaria para estrechar lazos.

Aquí mi hija tiene a sus otros abuelos y otros familiares pero con ellos no tiene la confianza y la complicidad necesarias para hablar de "tribu".
Para un caso de necesidad tengo con quién contar pero se echan de menos muchas cosas que nos aportaba nuestra tribu de siempre: el tener un tiempo solo para mí mientras la nena disfrutaba en compañía de sus abuelos, el poder delegar ciertas tareas, el quedar con amigos con o sin niños, con todo lo que ello aporta...
Disfrutamos mucho la una en compañía de la otra, pero en ocasiones necesitamos como es natural tomar una distancia, aunque sea pequeña, y ahora es más complicado que antes, por suerte sigue estando el papá.
Es ahora más que nunca que puedo comprender la soledad a la que se enfrentan muchas madres y padres que no cuentan con ningún apoyo en las ciudades en las que viven.
La tribu es algo muy importante, un valor que no se debe desdeñar.

sábado, 2 de febrero de 2013

Mama Cruasán | Maman Croissant

Seguramente habéis oído hablar de un libro de crianza escrito por una norteamericana, Pamela Druckerman, "Cómo ser una mamá cruasán", que habiendo trasladado su residencia a Francia, se ha fijado en el modo que tienen las mamás francesas (mamás croissant) de educar a sus retoños, en claro contraste con lo que ella había vivido en EEUU. No he tenido el placer de leer dicho libro, tan solo he leído los comentarios que de él han aparecido en diversas revistas, así como recientemente una entrevista en la televisión francesa,  pero puedo aportar mi granito de arena observando yo misma a las madres francesas, que ahora tengo tan cerca...

Photo Marie Jeanne Salmon

Lo que dice el libro en cuestión/ Las reflexiones de Pamela

 

La autora elogia la "educación a la francesa", pues dice que ha logrado el equilibrio justo y necesario entre la corriente de la educación respetuosa, imperante en EEUU y la vieja educación tradicional de toda la vida, aquella en la que desde una tierna edad se inculca a los niños las reglas del juego social. Según Pamela, a los niños franceses no se les ve armar alboroto, apenas tienen berrinches, en reglas generales, no se hacen notar. Observó que todo ello se debía al comportamiento de las madres francesas, que básicamente, no se dejan utilizar por sus hijos, defienden su territorio particular a capa y espada y no acuden enseguida a atender a los peques cuando estos las reclaman. Básicamente les hacen ver desde bebés que ellos no son lo único en sus vidas.
La autora define el "cadre" (marco) como palabra clave en esta educación. El marco o lo que es lo mismo, los límites, es fundamental. Dentro del "cadre" a los niños se les da libertad para que se autogestionen, cosa que estima Pamela en contraposicón con la excesiva protección de las madres norteamericanas, pero traspasados esos límites... la autoridad, con todo lo que ella conlleva, impera.
De esta manera, según Pamela, los niños franceses juegan solos, comen de todo, duermen bien, dejando a papá y mamá disfrutar de su intimidad y su vida privada (sin niños).

 

Lo que yo misma he observado

 

En la observación de las madres francesas, razón no le falta a Pamela Druckerman, es cierto que a menudo llego del parque o de la ludoteca pensando en los comportamientos y escenas que he presenciado y casi siempre me he dicho que las madres francesas son bastante más severas con sus niños.
He presenciado cómo muchas madres se esfuerzan en lograr que sus bebés pidan las cosas "por favor", que digan "gracias" o "perdón" en todo momento, enfadándose de lo contrario, aún cuando ni siquiera esos pequeños lo entienden...
He observado que apenas se implican en sus juegos y que suelen hacer oídos sordos a las demandas de sus niños.
Es bastante raro que las madres o padres abandonen sus trabajos para dedicarse a los hijos. Las guarderías son la regla general.
Les obligan a cumplir bastantes normas...
Por supuesto que se trata de una apreciación a grandes rasgos y sin ánimo de generalizar, pero es lo que más me ha llamado la atención, lo que más he visto imperar y doy por hecho que habrá madres francesas amorosas con sus hijos, o en la intimidad...

Crianza con Apego

Resumiendo, son las mamás cruasán el ideal?

 

Criticando la visión de Pamela, he de decir que los niños franceses también tienen berrinches, se enfandan  y desobecen a sus padres, faltaría más! Lo que cambia es la actitud de sus madres ante estas situaciones. En su favor, es cierto que los niños franceses suelen llamar la atención por sus buenos modales, que siempre es agradable.
Todo depende de los resultados que deseemos obtener. Deseamos niños obedientes, que no protesten, que apenas se hagan notar... o por el contrario, deseamos niños felices, que confíen en sus padres, que vivan plenamente? según lo que esperemos de la crianza nos implicaremos más o menos en su crianza, seremos padres/madres a tiempo completo o adoptaremos cierta frialdad...
Quiero pensar que lo uno no tiene por qué excluir lo otro, se puede no ser una madre cruasán, y tener un niño educado y con buenos modales.
Dudo que las mamás croissant hayan encontrado la llave de la crianza perfecta. Creo que en aras de esa buena educación dejan atrás aspectos bastante importantes en el desarrollo emocional de los niños. En todo caso se verá todo años más tarde, cuando los niños se convierten en adultos.
Y vosotras, aspiráis a ser una mamá croissant o preferís el modelo norteamericano?

domingo, 20 de enero de 2013

Despidiendo la lactancia

Estos últimos meses han sido muy diferentes a todo lo que antes habíamos vivido. En poco tiempo nuestras vidas dieron un brusco cambio y mi niña también ha tenido que irse haciendo a la nueva situación, más lo que quede por venir. Ella además, como corresponde, sigue creciendo día a día  y madurando de un modo que muchas veces me deja perpleja. En todo esto, la lactancia se ha ido transformando y ahora percibo que está tocando a su fin.


Destete natural www.crianzaconapego.com

A finales de septiembre, cuando nos mudamos, ella pasó un período bastante demandante, la teta era su refugio en aquel entonces, pero a medida que las semanas han ido pasando, la lactancia se ha convertido en algo casi residual, a lo largo del día es rarísimo que quiera, solo queda algún resquicio a la hora de dormir y de despertar, algo así como "por los viejos tiempos". Nada que ver con antaño...

Exactamente no sé cuándo acabará del todo, aún podría continuar de esta manera bastante tiempo o quizás no quede más que un par de meses, no lo sé. Cuando hablamos de este tema muchas veces me dice " yo tomaré hasta los 27 años" o como me dijo, graciosa, una vez "mamá, no dejaré la teta hasta los 7 años, pues te he oído decir que es la edad natural de destete"

Lo que sí sé es que con el tema de la lactancia, estamos hoy en un período dulce y relajado, tras la amargura que supuso la agitación del amamantamiento, que por cierto siempre está ahí, ahora estamos disfrutando de lo que quede, y esperando, ya no con impaciencia que se produzca el destete total, sino con serenidad, pues sé que el momento llegará y siento una gran tranquilidad por el "deber" cumplido, es decir, la satisfacción de haber llegado hasta aquí.
Le debemos tanto a la lactancia, que me siento enormemente agradecida y creo firmemente que el destete natural es la mejor opción para despedir la lactancia.