jueves, 26 de abril de 2012

Ni guarderías ni asilos

Pensando en las guarderías y en su necesidad me vino a la mente un anuncio de TV de hace ya unos cuantos años, no recuerdo ya ni a qué firma de seguros hacía referencia pero recuerdo la esencia del anuncio porque en su momento, sin ser madre aún, me impactó. Salían dos niños y más o menos venían a decir a sus padres la necesidad de que contratasen ya un seguro de jubilación pensando en su vejez ya que ellos en su día tendrían otras necesidades y no podrían ocuparse de sus viejos papás amén de que tampoco lo consideraban justo y necesario. Todo ello dicho con una naturalidad heladora.

Residencias
En un mundo ideal no existirían ni las guarderías ni los asilos. Sí, ya sé que ahora se llaman “escuelas infantiles” y “residencias de tercera edad”, términos más acordes con la modernidad y lo políticamente correcto, pero hasta hace relativamente poco se denominaban así. Pero el mundo dista de ser ideal y estos centros en ocasiones son necesarios. Hay padres que deben traer un sustento a casa y no tienen más remedio que dejar a sus hijos al cuidado de otros y hay hijos que tampoco pueden ocuparse de sus ancianos padres. También hay personas que necesitan de un respiro, esto es unas horas al día, algo totalmente comprensible, y no cuentan con más ayuda que estos centros.

Pero también hay una gran cantidad de gente que prefiere anteponer sus propios intereses a las necesidades de sus familiares propiciando así un mundo material e insustancial.
Muchas veces pienso “ si estos padres han optado por dejar tantas horas a sus hijos en una guardería cómo van a cuidar después de sus propios padres?” como también “estos niños que han estado cuidados desde tan pequeños por manos extrañas cómo van a cuidar después a sus padres ancianos?” Caso especialmente llamativo es el de los abuelos que han sido cuidadores de sus nietos y que después no tienen el justo pago que cabría esperar, por qué como digo muchas veces: si no se ha sido capaz de renunciar a algo por un hijo, es raro que se haga por un padre.

No nos engañemos, los egoísmos de hoy son las soledades del mañana. Cuidar de los demás es algo que se aprende en el hogar, se vive con el ejemplo. Seguramente los niños del citado anuncio crecieron sin sentir el auténtico calor del hogar que solo unos padres o unos abuelos pueden proporcionar aunque eso sí, rodeados de un sinfín de bienes materiales. Por otra parte los padres del anuncio serán plenamente conscientes de que si no han sacrificado gran cosa por ellos justo es que en el futuro acaben sus días en una de esas residencias.
Al fin y al cabo es sabido que repetimos esquemas, y muchos de los padres que han optado por guarderías hoy en día pertenecen ya a una primera generación que se ha criado de esta manera, así que no solo lo ven perfectamente normal sino sano y ventajoso para sus intereses. 
Un niño que ha visto cómo en su casa se ha cuidado de los mayores, de los bebés, tenderá en su vida adulta a repetir ese esquema.

Necesidad de guarderia:


La necesidad es un concepto ambiguo, relativo, sujeto al criterio de cada cual. Como digo, tanto las guarderías como las residencias son en ocasiones necesarias, y por lo tanto deben existir y con los mejores medios posibles para que los seres que a ellos acudan, los más débiles de nuestra sociedad, se sientan allí bien a gusto.
Siempre que sale el tema de las guarderías hay padres que se sienten atacados y juzgados pero porque hoy en día todo lo queremos, nos cuesta renunciar a unas cosas en aras de otras. Deseamos las mismas ventajas que tienen los demás sin que ello nos cueste demasiado.
Cada cual conoce su verdadera “necesidad” y si ella es suficiente para justificar sus actos no hay más qué decir.

La familia por encima de las guarderías y residencias

No quiero decir aquí que obligatoriamente debamos cuidar de hijos pequeños y padres ancianos renunciando a una vida profesional, aunque sí tenemos responsabilidades de las que no se debe huir.
La familia dignifica al ser humano y no puede ser sustituida por nada en este mundo
Reclamo la familia como lugar donde unos cuidan de otros porque se quieren, porque quisieron construir una familia, no una sociedad de bienes, y porque todos los miembros tienen igual importancia, tengan la edad que tengan y traigan o no dinero a casa.

viernes, 20 de abril de 2012

Operacion pañal II

Se acerca el buen tiempo y de cara al próximo mes de septiembre en el que la mayoría de los niños que cumplen los 3 años iniciarán el cole, muchos padres se plantean ahora llevar a cabo la “operación pañal”, expresión que no me gusta nada...
Operacion Pañal en www.crianzaconapego.com

¿Operación pañal?
Con este término se hace referencia a la época en la que pensamos que el niño ya está preparado para usar el WC y dejar de ponerle pañales. Si la “operación pañal" se lleva a cabo cuando ha llegado el buen momento para ello normalmente no durará demasiado.
Como he dicho en otras ocasiones hay que tener a estos efectos en cuenta una regla de oro: A los niños no se les quita el pañal, lo dejan ellos.
El control de esfínteres se adquiere por el niño en algún momento de su desarrollo entre los 20 meses y hasta los 5 años, si bien es cierto que la mayoría lo consiguen entre los 2 y los 3 años y medio. Dicen que a los niños les suele costar algo más que a las niñas.


Consejos para una retirada de pañal respetuosa
Como digo no hay que hacer nada especial aunque tampoco desentenderse, claro está, pero como veo que muchos padres andan un poco perdidos con este tema voy a dar aquí algún que otro consejillo:
  • Es bueno no esconderse de los niños cuando hacemos nuestras necesidades fisiológicas, al observarnos se percatan de lo que un día ellos también serán capaces de hacer. La naturalidad y el diálogo son claves con este tema.
  • Cuando el niño va alcanzando un grado de madurez que solo los padres saben, es bueno sustituir el pañal de bebé, de siempre, por los pañales tipo braga, los de sube y baja, son muy prácticos cuando ya han adquirido una autonomía suficiente que les permite a ellos mismos controlar la puesta de pañal. Son especialmente útiles los pañales llamados “de aprendizaje”, que suelen tener un dibujito en la parte delantera que desaparece cuando el pañal se ha ensuciado. Así se van dando cuenta de cómo se ha ensuciado el pañal.
  • Poner a su disposición un adaptador de WC cómodo y seguro, muchas veces por el simple deseo de imitarnos nace en ellos el deseo de usar el WC. Personalmente prefiero el reductor que el orinal ya que si se acostumbran mucho al orinal a veces hay problemas para que acepten el WC y sé de algún caso en el que a los padres les ha tocado ir con el orinal a todas partes. Pienso que del pañal al WC es lo mejor. ( Ni qué decir tiene que no hace falta que tenga música...)
Reducto WC, Operación pañal www.crianzaconapego.com
    Qué no hacer:
    • No olvidar que el control de esfínteres es algo más que hacer un pi-pí que otro en el WC. Se controla cuando el niño siente las ganas y es capaz de retenerse hasta llegar al WC.
    • Insistirles con el tema, avergonzarlos o darles premios, comportamientos más propios de un adiestramiento que de un acompañamiento en su desarrollo.
    • Ponerse nervioso, preguntarle mil veces al día si desea ir al WC o sentarlo en él largos ratos y varias veces al día sin que él muestre necesidad ni predisposición. Nuestro objetivo no es que el niño haga un pi-pí porque se le pide sino que él mismo conozca la capacidad que tiene de controlar su cuerpo.
    • Pensar que como estamos en medio de la “operación pañal” debemos dejar el uso de pañales de golpe. No es contraproducente usar durante el tiempo que creamos oportuno el pañal, si vemos que en casa controla pero tenemos dudas de qué pasará por ejemplo durante un largo paseo, no pasa nada por ponerle el pañal, eso no interfiere en la adquisición del control de esfínteres. Es más, una vez que ya controla lo hará para siempre, no hay vuelta atrás.

    ¿Y el pañal nocturno?
    Lo primero que conquistan es el control de esfínteres en estado de vigilia para pasar después al control durante el sueño, es también muy posible que una vez que controlan de día no tarden en controlar de noche. Para dejar de usar el pañal nocturno el único secreto es observar por las mañanas el estado del pañal, después de varios días en los que el niño se despierta con el pañal seco se le puede quitar perfectamente. Sencillo y natural, no hay por qué despertarlo en medio de la noche para ir al WC ni limitar su ingesta de líquidos al ir a dormir o durante la noche, aunque no está de más invitarle a hacer un pi-pí antes de acostarse.

    En resumen, no hacer nada extraordinario aunque sí observar y acompañar a nuestro hijo en esta nueva “conquista”.

    domingo, 15 de abril de 2012

    Socialización del niño

    La tan llevada y traída “socialización” del niño suele traer de cabeza a los padres en algún que otro momento durante la crianza. Se suele usar como argumento de contundencia a la hora de matricular al bebé en una guardería o en una escuela, aumentando de este modo las dudas en los padres que han optado por una crianza en el seno del hogar.

    socializacion niños crianza con apego

    Cada niño tiene su carácter y personalidad y los seres humanos somos sociables por naturaleza, hasta el niño más introvertido termina por abrirse a los demás cuando le llega el momento. Muchas veces incluso proyectarlo al exterior antes de tiempo suele ser contraproducente en este sentido y provoca que si un niño ya era tímido de por sí, se recluya aún más en su “cascarón”.
    En realidad la socialización es otro paso más en la madurez que van conquistando sin que los adultos tengamos que hacer ningún esfuerzo especial para ello ni imponérsela de manera artificiosa.

    Los niños tan solo necesitan tiempo y seguridad para socializar. De la mano de sus figuras de apego van conociendo el mundo exterior, el que existe fuera del hogar. Aún hay quien piensa que por haber optado por una crianza “ a la antigua usanza” como me gusta decir, mantienes a tu hijo en una burbuja, nada más lejos de la realidad.

    Una vez más en este sentido, el tiempo me ha dado razón, mi hija ha sido hasta hace pocos meses una niña no muy sociable por así decir, le costaba responder a la gente y no se acercaba a nadie por iniciativa propia, prefería observar y contestar un “no” a todo lo que se le preguntaba una vez salíamos a la calle. Ello daba lugar en ocasiones a que ciertas personas considerasen lo enmadrada que estaba y lo difícil que se le haría salir de su nidito, incluso habrá quien haya pensado que éramos sobreprotectores con ella, más aún cuando optamos por no escolarizarla a los 3 años
    Pues bien, desde hace un tiempo, se ha operado un cambio radical en ella, hasta yo misma no acabo de creérmelo. Ha pasado de ser una niña seria con los demás a ser una pizpireta. Salimos a la calle y saluda a la gente, responde a las preguntas típicas que le suelen hacer, se acerca a ver a cuantos bebés ve... en fin, lo único que le sigue costando un poco es la relación con los niños de edades parecidas a la suya aunque creo que este verano también esto va a cambiar, la academia de música y las horas de parque van haciendo su "trabajo".

    Tan solo necesitaba sentirse segura para proyectarse externamente, ahora tiene un aplomo manteniendo conversaciones con gente que ni siquiera son amigos que me fascina.

    No me cabe duda alguna que de nuestra mano aprenden todo los niños, ella siempre me ha acompañado a todas partes, con amigos, a recados, a la compra...ha observado cómo tratamos con las distintas personas que se cruzan en nuestro día a día, su socialización se ha hecho de manera suave, a su ritmo y según sus necesidades.

    Lo sabía en mi interior, pero la presión social es a veces fuerte y no solo lo que se te dice abiertamente sino los silencios delatadores... ahora respiro tranquila.

    lunes, 9 de abril de 2012

    Adiós bebé

    He pasado muchos años sin el contacto directo de los niños, más tarde el único contacto que tuve bastante antes de convertirme en madre es el de los sobrinos a los que tampoco veía cotidianamente. Tenía una visión de la infancia bastante reducida y por supuesto, desinformada.
    Pensaba que un bebé en el momento en el que empezaba a caminar y a hablar dejaba de ser automáticamente un bebé para convertirse en un niño. Niño pequeño aún pero niño, y a los niños se les otorga ya cierta capacidad de reflexión y madurez. Qué equivocada estaba! Existen los cambios externos bien visibles y aquellos internos más sutiles...


    Adios Bebé en www.crianzaconapego.com

    Hasta qué edad un bebé es un bebé?


    Dejar el pañal, aprender a hablar, comer solitos, son avances que “saltan a la vista” y que contribuyen a hacer de un bebé un niño pero poco a poco pues aún seguirá siendo un bebé por bastante tiempo. Incluso en ocasiones nos dejamos “engañar” por estos avances y empezamos a exigir a nuestros bebés comportamientos que podrían ser exigidos a un niño.
    Con la experiencia propia he podido comprobar que un bebé es aquel que necesita aún enormemente los cuidados de sus figuras de apego, aquel que aún no comprende el mundo aunque entienda lo que le dices. Pero lo que creo que de verdad define a un bebé a grandes rasgos es que los bebés no están maduros emocionalmente, "explotan" de manera desconsolada, con rabietas por ejemplo, ante cualquier cosa que desestabiliza su tranquilidad, son muy vulnerables tanto física como psíquicamente.

    Dejar de ser bebé

    Por supuesto unos dejarán de ser bebés antes que otros ya que aquí no hay regla que valga y cada padre se dará cuenta del momento en que su niño ha dejado de ser bebé. Pero observando hoy en día a los niños, que los tengo más cerca, y no solo a mi hija, pienso que esta transformación raramente se producirá antes de los 3 años. Es más, en torno a los 2 años, ellos son también conscientes de que están dejando de ser bebés y les entra el vértigo, de ahí que de 2 a 3 años se muestren especialmente demandantes de esas muestras de cariño y atención que necesitan de nuestra parte para ayudarles a hacer la transformación más suave.

    A mí ese momento me ha llegado después de que mi hija haya cumplido los 3 años, aunque tampoco sabría decir exactamente en qué momento preciso ha sido ya que no se produce el cambio de un día para otro. En unos días va a cumplir 3 años y medio y hace ya unos meses que cuando la observo y la escucho me doy cuenta de que es totalmente una niña.

    Hace mucho tiempo que dejó atrás los pañales, que come y se viste sola, que habla perfectamente y se hace entender, que su cuerpo dejó atrás las formas redondeadas... y sin embargo seguía siendo un bebé, no dominaba sus emociones, el mundo giraba solo en torno a ella, me entendía pero no me comprendía.

    Ahora veo entre maravillada y nostálgica que hace tiempo que dejó de ser bebé para ser una niña.
    No son los logros y conquistas diarios los que hacen por sí solos de nuestros bebés unos niños sino el propio paso del tiempo y la madurez que se va alcanzando, es difícil definir esta idea pero cuando ocurre los padres somos conscientes de ello y nos sorprendemos del cambio.

    jueves, 5 de abril de 2012

    Lactancia materna prolongada, la mirada de los otros

    Hace unas semanas, la autora de uno de mis blogs preferidos, “Buceando en mí”, publicó un excelente post en el que trataba el tema de la lactancia materna prolongada y la importancia de sentirse acompañada-respaldada en esa vivencia. No puedo estar más de acuerdo con las palabras de Cocolina en dicho post que recomiendo vivamente y que me ha llevado a varias reflexiones.


    Lactancia materna prolongada en www.crianzaconapego.com
    Lactancia materna prolongada:
    Como he dicho en anteriores ocasiones, la lactancia materna prolongada suele ser algo que causa rechazo en la mayor parte de la sociedad, es algo difícil de entender si no se vive de primera mano. Yo misma, antes de ser madre, no podía imaginar que daría tanto tiempo el pecho a un hijo. Es más, cuando supe de casos como una vez en un programa de TV , sinceramente llegué a pensar que esas madres tenían alguna tara. Más tarde cuando supe del caso de una amiga cercana que continuaba dando pecho a su hija con más de un año, empezó a cambiar mi mirada y comencé a simpatizarme con el tema aún sin llegar a entenderlo del todo. Embarazada tenía intención de amamantar a mi bebé pero no más allá del 5º o 6º mes...!

    Ahora vivo una lactancia materna prolongada que dura ya 3 años y medio y no es algo que vaya contando por ahí. Lo sabe nuestra familia más directa y algún amigo. Tampoco es algo que oculte deliberadamente, si surge el tema lo digo abiertamente... o no. Depende de con quién esté hablando.
    Ni lo proclamo ni lo escondo. Cuando mi hija empezó a tener más entendimiento, allá por los 20 meses, le empecé a decir que procurara no pedirme el pecho en sitios públicos, fue mi decisión, bien es cierto que tampoco había mamado casi nunca en la calle y también es cierto que a pesar de mi decisión cuando fue necesario le di pecho sin pestañear buscando, eso sí, algo de intimidad.

    Aunque cada vez hay más madres que continúan amamantando más allá del primero o del segundo año, realmente no son mayoría en esta sociedad nuestra y no suelen “salir del armario” más que en sitios donde saben que serán comprendidas como foros pro crianza natural-apego, blogs afines, grupos de lactancia, etc.
    Quizás si todas saliésemos de ese “armario” la sociedad empezaría a cambiar su mirada ante la lactancia materna prolongada, es probable que finalmente se viese como algo natural y normal, que es lo que es.
    En mi caso, aunque me es grato saberme respaldada por ciertos amigos y familiares y saber que hay otras madres en mi misma situación, reconozco que tampoco necesito esa compañía, ni siquiera he sentido nunca la necesidad de acudir a un grupo de apoyo a la lactancia, aunque entiendo que otras madres necesiten sentirse acompañadas.

    Y es que la mirada de los otros pesa mucho, y no hablo de la mirada hacia la madre, que al fin y al cabo mujer adulta y dueña de su cuerpo y de sus decisiones que es, sabe asumir y aguantar, sino de la mirada hacia el niño, criatura inocente que puede atraer a su pesar ciertos prejuicios sobre su persona.

    Vivimos en sociedad y todos tenemos nuestras opiniones propias sobre un sinfín de temas, tampoco podemos aspirar a que todo el mundo piense igual que nosotros. Y lo cierto es que la mirada de los otros nos inquieta, tiene poder, por ello creemos que normalizando la lactancia su mirada cambiaría.

    Hace poco una conocida en el autobús me preguntó si continuaba dando pecho a mi hija, a lo que contesté que sí, ella manifestó mirándola ”haces bien, con lo buenísimo que es...!” intuí cierta falsedad en su comentario y llegué a casa pensando si no habría sido mejor decirle que ya no le daba pecho, no me gustó su mirada a mi hija, a esa mirada de los otros me refiero, a la que pueda llegar a calificar a nuestros hijos de una determinada manera causándoles algún daño.