miércoles, 24 de agosto de 2011

Agitación del amamantamiento

Llevo más de 34 meses amamantando y hasta hace bien poco desconocía este tema!!! dí con este término por casualidad buscando posibles respuestas a la incomodidad que sentía últimamente al dormir a mi hija por las noches al pecho como siempre hago...

Parece ser que se trata de un malestar que afecta a bastantes mujeres que amamantan a sus hijos y que se da en dos casos principalmente: aquellas madres que dan el pecho estando embarazadas y aquellas madres que experimentan una lactancia prolongada, más allá de los dos años.

De repente, en algún momento se empieza a sentir rechazo a la hora de dar el pecho, una repulsión diríamos que no viene de la mente en sí sino que es algo visceral, físico, dando como resultado que resulte harto irritante para la madre amamantar en ese instante. En ocasiones se llega incluso a apartar violentamente al niño porque no se aguanta más la situación. Aquellas que lo han vivido lo describen como una sensación muy desagradable que te invita a salir corriendo...
He indagado buscando más información llegando a la conclusión de que es un tema del que poco se sabe y poco se habla, en las guías de lactancia nunca he visto nada al respecto. En cuanto a las posibles causas, unos apuntan a que puede tener un origen hormonal provocado por la succión de un niño mayorcito, otros hablan del posible subconsciente de la madre que puede provocar esta situación y hay quien dice que puede ser la propia naturaleza la que considera que ha llegado el momento de destetar, este comportamiento se aprecia en muchos mamíferos: una madre que aparta a unos cachorros para dejar la teta a otros...

Esto puede dar lugar a que la madre se sienta tremendamente culpable pues su voluntad es la de seguir dando el pecho a su hijo pero el cuerpo le pide otra cosa. Para la madre resulta algo ilógico experimentar esta “agitación”: cómo es posible que no soporte tener a su hijo al pecho si se lo ha venido dando con alegría desde que nació?

Parece ser que la agitación del amamantamiento es más frecuente en las tomas nocturnas y aunque muchas veces preconiza el fin de la lactancia, también puede ser una situación pasajera que se subsana por sí sola continuando después la lactancia con normalidad.

En mi caso no sé si ha sido una auténtica agitación del amamantamiento lo que he experimentado hace un par de semanas o si ha sido simplemente un malestar como consecuencia de las altas temperaturas, me resultaba imposible dar el pecho con normalidad a mi hija por las noches y hemos sufrido las dos de la situación, parece que ahora ya ha vuelto todo a la normalidad.

De todas formas alivia saber que es algo que muchas mujeres sufren alguna vez durante la lactancia y que es perfectamente normal.


domingo, 21 de agosto de 2011

La desnudez de los niños

Existe una costumbre bastante extendida de dejar desnudos a los bebés y niños pequeños en sitios públicos como la playa y las piscinas. Cada vez que acudimos a uno de estos sitios nos encontramos con niños de uno, dos y hasta cuatro años o más desnudos.

Pues bien, a mí esta costumbre no me gusta nada y esto es por supuesto una opinión puramente personal.
Considero que debemos proteger el cuerpo de nuestros niños de miradas ajenas desde la más tierna edad y enseñarles también a ellos a respetar su propio cuerpo, a cuidar su intimidad.

Yo siempre he procurado mantener a mi hija vestida en público, desde bebé hasta este verano con dos años y medio. En piscina siempre con el bañador y al salir, un cambio rápido (¿sería demasiado llevarla a las cabinas?), por supuesto, a su edad aún no tiene conciencia de las diferentes dimensiones del cuerpo aunque como es muy intuitiva y confía plenamente en mí algo intuye sobre la importancia de permanecer vestida en sociedad.

No somos dueños de nuestros hijos para dejarlos ir desnudos por ahí ante la mirada de cualquiera, como si fuesen muñequitos graciosos, es un aspecto más que hemos de cuidar. Ellos no son conscientes de la importancia de la desnudez pero nosotros sí.

Cuando en la primavera empecé a visitar colegios, en uno de ellos me llevé la sorpresa de ver que el cuarto de aseo contiguo al aula poseía tres WC en línea sin separación alguna, cuándo pregunté el porqué simplemente me dijeron que los niños de preescolar aún eran pequeños...de hecho yo fui la única sorprendida del grupo de padres que realizábamos la visita, es que con los peques todo vale?

Inculcar a nuestros hijos que ellos son los únicos dueños de su cuerpo es protegerlos.  

sábado, 20 de agosto de 2011

El sueño de los niños

Es conocido que los bebés recién nacidos tienen un ritmo de sueño muy diferente al nuestro, los padres recientes más o menos saben que su vida va a ser muy distinta en ese sentido al menos los primeros meses y lo suelen afrontar como pueden. Más tarde los bebés van alargando el número de horas nocturnas de sueño y acortando las siestas diurnas. En casi todas las guías infantiles convencionales suelen aparecer una serie de recomendaciones para procurar un sueño del bebé de calidad y así un descanso para todos los miembros de la familia: que si ponerlo a dormir siempre a la misma hora en una habitación tranquila con la temperatura adecuada etc, todos hemos leído parecidas versiones del mismo tema.


Es cierto que los bebés que duermen muy bien existen como también lo es que muchos no llegan a dormir bien ni siquiera con uno, dos o tres años de edad y esto puede llegar a suponer un problema para muchas familias pues el descanso es salud. En este caso los padres van buscando soluciones que les permitan tener noches más tranquilas: el colecho es una de ellas y el método conductista (Estivill) otra, aunque pueden existir más...

No es mi intención criticar aquí a los que han seguido el método de controlar los tiempos y los lloros de los bebés para procurar no solo que el bebé duerma toda la noche de un tirón sino que además sea capaz de iniciar él solito el sueño, pero sí digo que dicho método es contrario a los principios de una crianza con apego que precisamente se basa en dar seguridad a los niños y no creo que de esta manera se consiga. Puedo respetar a los que así lo han hecho aunque no lo comparto, por otra parte tampoco garantiza resultados...Además existen serios estudios sobre las posibles secuelas emocionales que deja en los niños. Es para pensárselo más de una vez antes de aplicar este método.

El colecho, compartir el dormitorio o la propia cama con el niño, sí es más acorde a una crianza con apego y respetuoso con las necesidades de los niños. Aunque he de decir que tampoco hay que esperar milagros ya que este modo de dormir no es ningún método en sí sino la manera de conjugar descanso con atender más cómodamente las necesidades de estos niños que se despiertan varias veces en la noche: al tenerlo al lado podemos ofrecerle consuelo, pecho, etc sin necesidad de movernos de la habitación. Ellos se sentirán seguros y protegidos y los padres también, es muy grato sentir a nuestro hijo cerca y comprobar que está bien, de hecho, hay numerosas familias que optan por el colecho no como solución a malas noches sino por convencimiento de que es lo mejor para los niños o por puro placer. Hay numerosos estudios que hablan maravillas de esta práctica que no suele estar muy bien vista. Tampoco son todo ventajas en el colecho, hay familias a las que no les resulta tan cómodo dormir así.

En cualquier caso el sueño infantil problemático puede resultar algo difícil de gestionar y lo que cabe es esperar que por sí solo se solucione, Rosa Jové, experta en sueño infantil, sostiene que el sueño es un proceso evolutivo, así que con el tiempo todos los niños terminarán durmiendo bien.

jueves, 18 de agosto de 2011

Educar desde la cuna

Mucha gente piensa, quizás observando la mala educación de ciertos jóvenes de hoy en día, que los padres han hecho dejadez de la obligación de educar a los hijos y en muchos casos no les falta razón. Se oye a menudo que a los niños hay que educarlos “desde la cuna”.

Si hablamos de educar en sentido amplio, hacerlo desde que nace el bebé para mí se traduce en cuidarlo, estar atento a sus necesidades tanto básicas como emocionales. Cada vez que atendemos el llanto de un bebé, pasamos tiempo con él, lo mimamos etc, le estamos haciendo sentir lo importante que es para nosotros, y se sentirá querido, seguro y respetado. Y lo estaremos educando en el amor y en el respeto. Estaremos poniendo los cimientos de la educación que recibirá a lo largo de su vida.

Pero veo que mucha gente cree equivocadamente que“educar desde la cuna” se traduce en adiestrar a un niño desde bebé y esto se consigue entre otras cosas haciéndole sentir que no solo puede sino que debe esperar, que su llanto no es tan importante, ofreciéndole recompensa o castigos según agrade o no su comportamiento... en este sentido educar desde la cuna me parece un despropósito. En un bebé desde que nace hasta más o menos los 18 meses es prioritario su cuidado y su atención. Sería inútil decirle a un bebé de meses " no grites así que molestas".

Más tarde los niños van adquiriendo más herramientas, una de ellas el lenguaje, y será el momento de irles iniciando en la vida en sociedad, les podremos explicar por qué unas cosas se pueden hacer y otras no y lo entenderán. Así mismo irán recibiendo una instrucción en conocimientos que se adapte a su nivel de comprensión paulatinamente. Porque con esta moda de que hay que educar desde la cuna parece que hay que inscribirlos en academias desde bebés!

La crianza de un niño es además de educar muchas otras cosas: alimentar, cuidar, proteger, guiar, instruir...y esta aventura comienza incluso antes de la cuna.