Hasta ahora he sido una madre “full
time”, siempre al lado de mi niña salvo algunas ocasiones en las
que viendo que ella aceptaba, la he dejado al cuidado de su padre o
de sus abuelos por espacio de unas horas como mucho. Como he dicho en
un anterior post mi hija cumplirá 3 años en octubre pero no
tenemos prisa por escolarizarla.
Sin embargo su padre y yo hemos creído
oportuno apuntarla a alguna actividad que sea de su agrado, que le
reporte algún beneficio y que le permita pasar algo de tiempo con
otros niños, ya que donde vivimos en cuanto se instale el frío y la
humedad los parques irán quedando desiertos y si bien ha sido hasta
ahora una niña nada interesada en los otros niños, no le viene mal
ir tomando contacto con ellos.
Desde esta semana acude a música y
movimiento un par de veces por semana y un día hace yoga para niños
en compañía de su padre.Cuando la inscribí en la academia de
música dejé clara mi postura de acompañarla en la clase y de
permanecer con ella el tiempo necesario hasta que ella misma
consintiese en quedarse sola, fue una conditio sine qua non aceptada
por la maestra.
El pasado lunes fuimos por primera vez
y estuvimos juntas toda la hora con unos ocho niños y la maestra,
era la primera toma de contacto con lo más parecido a una clase con
niños que mi hija conoce. Vi que le gustaba aunque no estuvo
especialmente participativa, normal era todo tan nuevo para ella...
Aunque yo estaba dentro no interferí en ningún momento en la labor
de la maestra.
Cuando volvimos el miércoles por el
camino le pregunté si deseaba quedarse sola en clase o si prefería
que mamá estuviese dentro del aula y me contestó que se quedaría
solita. Así que al llegar la vi tan segura de ella que me despedí
con naturalidad en la puerta y entró sola.
No fue una sorpresa para mí, la
conozco, confié en su aplomo y acerté. Durante la hora que dura
la clase permanecí en la calle, a la puerta por si acaso en algún
momento me reclamaba pero en el fondo de mi ser sabía que eso no
sucedería.
Experimenté una mezcla de sentimientos
y emociones: por un lado la alegría de verla tan desenvuelta, de dar
un paso más en su madurez y por otro lado he de reconocer que me
invadió una nostalgia serena al ver cómo ya no me necesita tanto y
cómo crece tan deprisa, quizás a este último sentimiento
contribuyó el hecho de escuchar allí mismo, sola, una melodía
dulcísima y triste de un violín...
A la salida me contó un poco lo que
había hecho, estaba espléndida, orgullosa, se sentía alguien muy
especial, totalmente consciente del paso que había dado pero al
mismo tiempo buscando mi compañía.
A mí me ha llenado de orgullo el ver
como he podido dar la suficiente seguridad a mi hija para ir
afrontando situaciones diferentes y poder comprobar que la crianza
con apego da buenos frutos.
Pues que bien, no?? la verdad es que el invierno e smuy largo y estas actividades vienen muy bien
ResponderEliminarMAría, me alegro de que ella se sienta a gusto en la clase, creo que habéis escogido una actividad muy agradable y que puede ser gratificante. Entiendo tu sensación de nostalgia... cómo nos van pasando las cosas... Un beso
ResponderEliminarQué buena idea, sobre todo ahora que, como dices, viene el invierno. Y además a ella le gusta.
ResponderEliminarHas descrito tan bien esa mezcla de sentimientos...
Besitos
Que emocion ver como nuestros hijos poco a poco se convierten en personitas seguras de si mismas. La crianza con apego otorga eso, ellos saben que son importantes pues han sido siempre escuchados y valorados, lo que desarrolla en ellos una fuerte autoestima y confianza.
ResponderEliminarFelicitaciones!
lamamadeunabruja, pues sí, el invierno es largo y a cierta edad ya se pueden buscar algunas actividades siempre y cuando a los niños les gusten.
ResponderEliminarCocolina, ay la nostalgia! me invade cada vez más, crecen muy deprisa y me encanta entretenerme viendo fotos de su etapa más bebé pero en lo que nos aguarda siempre habrá nuevas emociones.
Carol, es cierto cada vez que hay un logro se da esta mezcla de sentimientos que solo las madres y padres también pueden entender.
hijo fulo, estoy firmemente convencida de los beneficios de una crianza con apego y del respeto a los tiempos de madurez de cada niño.
Gracias a todas, besos!
Como me alegro de leer eso "la crianza con apego da buenos frutos". ME siento muy identificada con el sentimiento que describes.. esa "nostalgia serena al ver cómo ya no me necesita tanto". A menudo soy consciente de eso y bromeo con mi hija diciendo muy teatralmente "pero.. cuando mi niña se ha hecho tan mayor! cuandooooo!" y ella se parte de risa :oD
ResponderEliminarBesos!
Muy bonito el post. Te leo con envidia al conocer que has podido estar a tiempo completo con tu hija durante tres años. No todo el mundo tiene tanta suerte ni siempre es posible escoger ese camino...A mi me hubiera encantado poder hacerlo.
ResponderEliminarDa pena que los niños se hagan grande tan deprisa, pero es orgullo ver que se van haciendo personitas y se desenvuelven bien por la vida ¿no? Pd, sobre la foto; una imagen vale más que mil palabras
Que linda experiencia y que bueno oírlo de una mamá que cría con apego y que respeta a los tiempos de su hija, como muchas intentamos hacer todos los días.
ResponderEliminarCarol, muchas gracias! es cierto, los frutos terminan por llegar tarde o temprano, nunca me arrepentiré de haber criado con tanto apego a mi niña, eso les da mucha seguridad para lo que vendrá después y si así no fuera también daría igual, uno cría como le sale de las entrañas.
ResponderEliminarUn beso!
littlenatives, gracias por pasar por el blog, pues sí, los niños crecen muy deprisa, es ley de vida y creo que nosotros crecemos a su lado como personas, maduramos y saboreamos la vida de otra manera.
ResponderEliminarSobre la suerte de haber podido estar con ella, pues sí, es una suerte para las dos pero no todo es se debe a ello, son también opciones de vivir.
Un saludo!
Zary, el respeto de los tiempos de los niños es fundamental, ellos acabarán haciendo las cosas cuando se encuentren preparados para ello.
ResponderEliminarMuchas gracias y saludos!
Ay Maria...cómo te entiendo...
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