viernes, 18 de noviembre de 2011

Adiós a la silla de paseo

Los niños van creciendo y quemando etapas y aunque somos conscientes de ello cada día, existen momentos puntuales en que esto es aún más palpable, cuando se alcanzan pequeños (y grandes) hitos, como dejar el pañal, dormir del tirón, dejar la trona...
En estos momentos digo adiós a la silla de paseo y con ello poco más queda de la etapa de bebé de mi hija.
Crianza con Apego

Nunca fui una madre porteadora oficialmente, nunca llegué a tener foulard, “mei tai” o mochila portabebés. Siempre usé cochecito y más tarde la llamada silla de segunda edad de la que he llegado incluso a tener dos modelos distintos. Sin embargo a mi hija nunca le han faltado brazos, si de bebé estaba a disgusto en el cochecito la sacaba y la cargaba un buen rato. En el cochecito se echó sus mejores siestas y agarrada a él dio sus primeros pasos por las calles de la ciudad.
Crianza con Apego

En mi vida diaria me muevo siempre a pie y para mí el carro y la silla han sido esenciales por su utilidad y comodidad. La silla de paseo siempre ha sido nuestra aliada cuando íbamos lejos y ella se cansaba, para ir de compras o para llevar los juguetes al parque... la hemos usado hasta hace bien poco aunque ya no con tanta regularidad desde la primavera pasada. Por otra parte abrigar en una silla a un niño pasados los 2 años es difícil ya que los sacos y cubrelluvias que existen no suelen alcanzar a cubrirlos bien y la mantita no es práctica.
Crianza con Apego

Además hay que ir de acuerdo con la edad, los niños han de acostumbrarse a caminar largas distancias, y si este invierno a veces hace falta, usaremos el autobús!

7 comentarios:

  1. Estos pequeños hitos provocan sentimientos encontrados por una parte es genial ver como los van logrando y por otra da penilla dejar atrás etapas que ya no van a volver

    ResponderEliminar
  2. Nosotros la silla la usamos poco, la verdad, sólo para casos puntuales. Solemos llevarla siempre en portabebés, no es más cómodo.
    Pero entiendo el lado sentimental del fin de la sillita de paseo, una etapa más, y es que nuestros pequeños no dejan de crecer
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Así es, recuerdo cuando mi hija iba aún en el carrito y me cruzaba con alguna mamá con su niño en la silla de segundad edad y a mí me parecía tan lejano aún... y ahora realizamos juntas largas distancias a pie, todo me parece que ha pasado tan rápido!
    Gracias a las dos por leerme y por estar ahí :)

    ResponderEliminar
  4. Pues nosotros estamos igual. Desde que el peque empezó a caminar ya no quiere silla y es bastante fuerte y ágil para recorrer largas distancias. Aún así, siempre me la llevo: si no es para meter al niño la uso para cargar bolsas, abrigos o lo que se tercie ;-)

    ResponderEliminar
  5. La verdad es que prescindir de la silla cuesta mucho porque te acostumbras a cargarla de cosas y luego hay que aprender a vivir sin ella :)
    Mi hija tuvo una época en la que tampoco quería silla pero luego fue consciente de que en ocasiones le venía bien si estaba cansada, de todas formas ahora como he dicho abrigarla en ella es un rollo y a mí personalmente no me gusta ver niños ya mayorcitos en sillas.
    Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  6. María, qué mayores se hacen! Nosotras porteamos mucho en fular hasta que llegó su gran inquietud por tocar y alcanzar todo lo que la rodeaba. El carrito no me acaba de gustar por las limitaciones que hay, al menos donde vivimos. Las aceras son demasiado estrechas y si además colocan papeleras o farolas es que no pasas. Acabo frustrada y no quiero ni imaginarme cuan limitados se sentirán aquellos que precisen de una silla de ruedas para desplazarse en mi ciudad.
    Qué bonita etapa se os abre ahora también! Y en las fotos está preciosa!

    ResponderEliminar
  7. Es cierto, hay sitios donde las sillas y carritos no circulan con facilidad y terminan complicando más que ayudando. En muchas ciudades se han hecho grandes esfuerzos para eliminar las barreras arquitectónicas, tendría que llegar a todos los rincones pero hay poblaciones en las que puede resultar casi imposible. A raíz de usar el carrito me di cuenta de las complicaciones que puede tener la gente en silla de ruedas y eso que en mi ciudad no me puedo quejar.
    Y sí, crecen muy deprisa nuestros peques!
    Un beso.

    ResponderEliminar