miércoles, 3 de agosto de 2011

Construyendo el apego

Construir un vínculo que dé seguridad a nuestro hijo no es algo que se pueda improvisar, es una tarea que requiere de grandes dosis de paciencia, madurez y sobretodo tiempo.
Voy a intentar dar aquí unas pautas sobre las que creo que se puede ir construyendo este apego:
El apego tiene que ver con:
  • respetar la necesidad que el bebé siente desde el principio de contacto físico, aquí entraríamos a hablar de tomar al bebé en brazos, acariciarlo, dormir cerquita de él para que no se sienta solo, arrullarlo, cantarle canciones y cómo no, amamantarlo.
  • proporcionar a nuestro hijo la seguridad que reclama; es decir, no dejarlo con extraños si ello le hace sufrir, ayudarle a dormir si lo necesita con cariño y dedicación, sin que se sienta solo o desamparado.
  • atender al bebé/niño cuando reclama nuestra atención, un bebé no sabe de esperas y se angustia aún más si sus necesidades no son atendidas en el momento; por supuesto que si no hay otro remedio y tiene que esperar lo hará pero es muy cruel no acudir a su llamada deliberadamente, creyendo que así lo vamos adiestrando para que aprenda a esperar.
  • tener empatía, intentar comprender a nuestro hijo en cada situación, “ponerse en su piel” para indagar por qué se siente de tal o cual manera o actuó de tal modo...en lugar de dejarse llevar por la fácil idea de que los niños son unos caprichosos que solo buscan manipular a sus padres.

En general, decir apego es decir respeto, un respeto íntegro a ese ser humano que es nuestro hijo desde que nace hasta el fin de sus días, con sus necesidades, sus humores cambiantes, sus frustraciones y sus logros. Los niños necesitan que estemos ahí en todo el proceso de desarrollo emocional e intelectual, acompañando sin manipular, ayudando sin agobiar, respetando sus ritmos de aprendizaje en las distintas facetas de la vida.

Por eso digo que se necesitan grandes dosis de paciencia, ya que los niños llevan un ritmo que difiere totalmente del nuestro, de madurez, porque tendremos muchas veces que anteponer sus necesidades a las nuestras y ello no siempre es fácil y de mucho tiempo que es el que nos lleva a conocer a nuestros hijos, cuanto más tiempo pasemos con ellos más lograremos conocer sus necesidades, su carácter y el entendimiento llegará a establecerse así como una relación de confianza mutua.

En mi caso he visto cómo este modo de actuar me ha llevado a un apego seguro que ha ido haciendo de mi hija un ser que confía en sus padres, que sabe que es valorada y respetada y que a su vez valora y respeta a los demás.

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