domingo, 7 de agosto de 2011

Dejad que los bebes se acerquen a la cocina

Hay mucha gente que piensa que los bebés y los niños no pintan nada en la cocina y que es mejor mantenerlos alejados de ella, ya sea por razones de seguridad o simplemente para evitar que molesten a quien está realizando las tareas culinarias.

Desde que nació, mi hija ha necesitado de mucho contacto físico y visual con su madre, en los primeros meses solía ponerla a descansar en su coche de paseo acompañándome allá donde yo estuviese. Según fue cumpliendo meses y ganando en movilidad, era muy infeliz si la dejaba en el parque (corralito) aunque oyese mi voz y pudiese verme ya que ella necesitaba estar lo más cerquita de mí posible. Así que resultó un buen truco ponerla en la trona, donde estaba segura en la cocina, mientras yo realizaba las tareas, de esta manera ella estaba tranquila y además se fue familiarizando con todo lo que implica cocina: lavar los alimentos, prepararlos, cocinarlos, recoger después...

Ya entonces hubo quien me recriminó que la niña estuviese conmigo en la cocina, “por su bien”, porque no es un lugar adecuado para los niños ya que está lleno de peligros, etc, Yo no pongo en duda que haya peligrosidad, es evidente que hay que mantener unas precauciones, la más básica procurar mantener alejados a los niños de los fogones, pero siendo precavido creo que la cocina es un espacio para compartir con los adultos como cualquier otro en el hogar.

Además, en mi opinión, se crea un entorno más seguro si se muestra a los niños todo lo que hay a su alrededor que si les escondemos las cosas y andamos con misterios ridículos. Por otra parte, de la observación y de la cantidad de tiempo que pasemos con nuestros hijos vamos viendo de qué son capaces y hasta dónde pueden llegar sin menoscabo de su integridad física.

Más tarde, sobre los 18 meses, la empezamos a hacer partícipe de pequeñas tareas a su medida, como desenvainar guisantes, preparar su papilla, batir huevos, mezclar masas y todo aquello que veíamos apto para ella. Hoy sigue disfrutando mucho en la cocina y nosotros con ella. Las tardes lluviosas disfrutamos mucho haciendo rosquillas o bizcochos. Y también le encanta lavar los platos!
Observando a mi hija, nunca me he arrepentido de colmar sus necesidades “de apego”; además la cocina es una fuente inagotable de aprendizaje no solo gastronómico sino que abre infinitas posibilidades en otros campos: en la cocina podemos iniciar a nuestro hijo en el mundo de las formas, los colores, los números...y resulta de una gran ayuda para desarrollar la habilidad de sus manitas, lo que hoy en día se ha dado en llamar motricidad fina. Ni que decir tiene que también de esta manera se sienten involucrados en las tareas del hogar desde pequeñitos, si les hacemos ver que su ayuda nos es útil, reafirmamos su autoestima. Los niños aprenden siempre del ejemplo que les demos y qué mejor ejemplo para una vida saludable que participar en la cocina?

4 comentarios:

  1. De nuevo coincido contigo, mi peque me acompaña en la trona mientras cocino, friego, etc. Además es el lugar donde comemos todos en familia.
    Bueno, pues sólo decirte que me ha gustado mucho tu blog y que ya tienes una seguidora más.
    Ah! Si te apetece visitarme alguna vez mi blog es www.unamiradaalotrolado.com
    Hasta pronto!

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  2. La cocina es en muchos hogares el corazón de la casa, es algo que se está perdiendo y es una pena. A la cocina desde chiquitines! Me alegra que tengamos puntos en común. Por supuesto que me pasaré por tu blog.

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  3. Yo suelo cocinar o lavar con mi hija en el fular en la espalda, le encanta mirar lo que hago, además de sentirse cerquita. Y si no se queda en el piso junto a mí y juega con las ollas y los utensilios... El otro día en la casa de su prima vió una cocinita de juguete (la primera vez que ve una) y se puso a "hacer comidita" Yo no lo podía creer!!! Pero evidentemente aprende viendo lo que hago cada día. creo que es muy nutritivo para ellos participar de lo que hacemos
    Un abrazo

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  4. Así es Melina, mucha gente quizás pecando de demasiado cuidadosa porque es cierto que la cocina entraña sus peligros para los peques de la casa, les prohíben totalmente la entrada en esta pieza y yo creo que es un error. Ellos quieren gozar de nuestra compañía allí donde estemos, nos necesitan y son felices a nuestro lado.
    Con las precauciones necesarias, es algo muy gratificante compartir la cocina y sus tareas con nuestros pequeños.
    Gracias por visitar el blog!

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